1. Trabajar con la imaginación, intentando visualizar el problema. Nuestras habilidades de visualización en imaginación pueden ayudar a mejorar nuestra memoria de trabajo visual-espacial y verbal. Ayude a crear una imagen mental de la información que ha oído o leído. Para crear una imagen, es útil hacer preguntas relativas a la escena del problema, por ejemplo: qué, dónde, tamaño, etc.
2. Describir cuentos, historias, series de televisión, acontecimientos de la vida diaria. Las matemáticas requieren una organización y planificación de la información. Realizando estas actividades, ayudamos al niño a mantener la información, organizarla y posteriormente a evocarla siguiendo una secuencia ordenada. Por ejemplo, se puede pedir al niño que nos cuente cómo le ha ido en el colegio o en una excursión, etc. Los padres pueden servir de modelos realizando descripciones de sus acontecimientos diarios de forma ordenada.
Foto: Juventudrebelde.cu |
4. Dibujar, escribir representaciones gráficas de los problemas matemáticos. Mediante esta estrategia ayudamos a nuestro hijo en la visualización del problema, convertimos un texto en imágenes que son más fáciles de comprender, recordar y resolver.
5. Repetir los ejercicios (sobreaprendizaje). El proceso de repetición de los problemas reduce la presión sobre la memoria de trabajo. Se pretende que mediante la repetición el proceso se automatice. El concepto de sobreaprendizaje se refiere a que cada nueva habilidad adquirida debe de practicarse más allá del dominio, buscando alcanzar la automatización, por ejemplo: las tablas de multiplicar, ayudando de esta forma a mejorar la MT, liberar recursos y mejorar la capacidad de resolución de problemas.
Muchas aplicaciones informáticas pueden ayudar a los niños a mejorar la memoria de trabajo y su capacidad de resolver problemas matemáticos.
Fuente: Intervencionneuropsicologica.com
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